Partimos desde Paris por la autopista E19 que lleva directo al lugar más dulce de Francia.
Chantilly, conocida a nivel mundial por su crema perfecta que adereza pasteles de celebración, es una provincia de 10,957 habitantes ubicada al sur en la Región de Picardía, como su nombre y alegría lo indica.
La herencia histórica de esta área es sin duda la arquitectura, la gastronomía pastelera, y el arte paisajista, todos, artes con reputación mundial.
Chantilly, conocida a nivel mundial por su crema perfecta que adereza pasteles de celebración, es una provincia de 10,957 habitantes ubicada al sur en la Región de Picardía, como su nombre y alegría lo indica.
La herencia histórica de esta área es sin duda la arquitectura, la gastronomía pastelera, y el arte paisajista, todos, artes con reputación mundial.
Chantilly recibe con sus múltiples facetas, por su hermoso castillo, por sus jinetes guapos, pero hay otras actividades imposibles de ignorar, como sus caballerizas hogar de caballos purasangre para jugar al polo, sitio de habitantes que con orgullo cuidan su historia y legado de verdad, establos bienavenidos, despreocupados del porvenir, porque están convencidos de que éste, está en Chantilly.
Chantilly esta resguardada por el Río L´Oise que alberga un pabellón de canotaje que inspira al deporte... porque ofrece Piscinas, canchas de tenis, y sitios de recreación para los niños... todo un programa saludable para mente, cuerpo y espíritu pagado con los impuestos de todos.
Porque aquí nada de caciques que le cambien el nombre al río por el de su tío sin razón mas que satisfacer su triste ego.
Sitio epicentro de caballerizas más importante de Francia es Chantilly, que recibe y cría a esté animal sagrado que le da un sello único de identidad, y obviamente para mí, de espíritu ganador.
Su Parque Natural Regional Oise-Pays de France ofrece un respiro fresco en medio del glamour de sus actividades especiales...
Esta hermosa provincia recibe alrededor de 600,000 turistas al año, y es también sede del Concurso Internacional de Pirotecnia, y el pabellón anual del chocolate... una delicia distinta.
Fue en el siglo XVII cuando recibe el nombre de Chantilly, y es en su oficina de turismo, abierta de lunes a sábado por la tarde, que sus guías invitan a los visitantes a un recorrido para reconocer la arquitectura "cantillienne", así como la historia evolutiva y las razones de sus príncipes quienes habitaban el castillo, y hoy son guías, dan cultura y dignidad, para hacerla un municipio respetable para verse en el mapa de Francia, y así recibir incluso al rey de la época, lo que representaba la apertura del arca real, y el reconocimiento de latentes visitantes que traerían prosperidad y empleo, también prestigio.
Su urbanismo, como en gran parte de Francia, está perfectamente planeado y es ordenado.
Chantilly emerge en medio del caos internacional, como la crema con fresas a base de azúcar difícil de batir, fácil de saborear, rica en esencia cuerpo y alma.
El Palacio de Conde parece inspirado en una terrine de harina fresca y guerra inteligente.
Paisajistas pintores de esa época son quienes decoran sus muros, un plus para visitar este patrimonio universal.
Artistas incluyendo los niños que aun no saben de su misión son invitados a los parques al aire libre para abrir además de la mirada su imaginación dentro de un ambiente de campiña, detalle que lo hace un destino familiar y único a descubrir.
Como la cultura hípica, que es inculcada desde el principio en un paisaje frondoso alrededor del palacio que rodea el castillo emblema de Chantilly.
Población Sureña donde se estrena la obra de tartufo, y, dicen los nativos que en la época de Los Conde, había cruceros y veleros bellos, cuando las damas vestían con elegancia.
Se observan Criaderos de animales que alimentan el cuerpo como las vacas, a saber que la hormiga es perfecta, como la rana, y la zarzamora que podría adornar el cielo... de la humanidad aun.
Cantilly, obra representativa para recordar la época de la creación perfecta de Dios.
Crema que adereza los mejores pasteles de una vida, aún hoy en está nueva era, como Chantilly, suave y perfumada a la vainilla del gran Francoise, el maestro genial del el siglo XVII, inspiración de los mejores Hoteleros Mundiales.
Escenario real de la gran película Vatel, toda esta bonita provincia gira alrededor del castillo del príncipe Condé, un Militar renombrado a quien el rey de la época respetaba por sus habilidades de estrategia.
Ahora el elgado de los príncipes de Condé está en su fundación, la fundación Condé, que preserva el arte de la región, la Iglesia de Notre-Dame de la asunción es también muy atractiva si de rezar te acuerdas.
La cerámica es uno de los atractivos más tradicionales de Chantilly, así como sus textiles a base de delicados encajes hechos a mano con hilos de seda.
Ven... descubre Chantilly!
Porque aquí nada de caciques que le cambien el nombre al río por el de su tío sin razón mas que satisfacer su triste ego.
Sitio epicentro de caballerizas más importante de Francia es Chantilly, que recibe y cría a esté animal sagrado que le da un sello único de identidad, y obviamente para mí, de espíritu ganador.
Su Parque Natural Regional Oise-Pays de France ofrece un respiro fresco en medio del glamour de sus actividades especiales...
Esta hermosa provincia recibe alrededor de 600,000 turistas al año, y es también sede del Concurso Internacional de Pirotecnia, y el pabellón anual del chocolate... una delicia distinta.
Fue en el siglo XVII cuando recibe el nombre de Chantilly, y es en su oficina de turismo, abierta de lunes a sábado por la tarde, que sus guías invitan a los visitantes a un recorrido para reconocer la arquitectura "cantillienne", así como la historia evolutiva y las razones de sus príncipes quienes habitaban el castillo, y hoy son guías, dan cultura y dignidad, para hacerla un municipio respetable para verse en el mapa de Francia, y así recibir incluso al rey de la época, lo que representaba la apertura del arca real, y el reconocimiento de latentes visitantes que traerían prosperidad y empleo, también prestigio.
Su urbanismo, como en gran parte de Francia, está perfectamente planeado y es ordenado.
Chantilly emerge en medio del caos internacional, como la crema con fresas a base de azúcar difícil de batir, fácil de saborear, rica en esencia cuerpo y alma.
El Palacio de Conde parece inspirado en una terrine de harina fresca y guerra inteligente.
Paisajistas pintores de esa época son quienes decoran sus muros, un plus para visitar este patrimonio universal.
Artistas incluyendo los niños que aun no saben de su misión son invitados a los parques al aire libre para abrir además de la mirada su imaginación dentro de un ambiente de campiña, detalle que lo hace un destino familiar y único a descubrir.
Como la cultura hípica, que es inculcada desde el principio en un paisaje frondoso alrededor del palacio que rodea el castillo emblema de Chantilly.
Población Sureña donde se estrena la obra de tartufo, y, dicen los nativos que en la época de Los Conde, había cruceros y veleros bellos, cuando las damas vestían con elegancia.
Se observan Criaderos de animales que alimentan el cuerpo como las vacas, a saber que la hormiga es perfecta, como la rana, y la zarzamora que podría adornar el cielo... de la humanidad aun.
Cantilly, obra representativa para recordar la época de la creación perfecta de Dios.
Crema que adereza los mejores pasteles de una vida, aún hoy en está nueva era, como Chantilly, suave y perfumada a la vainilla del gran Francoise, el maestro genial del el siglo XVII, inspiración de los mejores Hoteleros Mundiales.
Escenario real de la gran película Vatel, toda esta bonita provincia gira alrededor del castillo del príncipe Condé, un Militar renombrado a quien el rey de la época respetaba por sus habilidades de estrategia.
Ahora el elgado de los príncipes de Condé está en su fundación, la fundación Condé, que preserva el arte de la región, la Iglesia de Notre-Dame de la asunción es también muy atractiva si de rezar te acuerdas.
La cerámica es uno de los atractivos más tradicionales de Chantilly, así como sus textiles a base de delicados encajes hechos a mano con hilos de seda.
Ven... descubre Chantilly!
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